¡un itinerario lleno de colores!
Desiertos de arenas ocres, formaciones rocosas rojas erigidas de forma vertical, acantilados anaranjados cortados por barrancos, todo esto bajo un cielo azul intenso y un sol ardiente. ¿No le recuerda a nada?
John Wayne, pañuelo al cuello, santiag en el pie y sombrero en la cabeza en el Viaje Fantástico… quizás.
¡Pues sí, estamos en el Lejano Oeste americano, en plena Provenza!
Los restos de una explotación minera a cielo abierto han transformado el paisaje


Este lugar excepcional situado a unos 65 km al este de Aviñón por la D900 y a 10 km de Apt en el municipio de Rustrel, es una antigua cantera de ocre. Hace pensar en los paisajes del oeste americano y del Gran Cañón. El cambio de escenario está garantizado… ¡en el corazón de la Provenza!
Es difícil imaginar hoy su pasado industrial en el siglo XIX, con varias fábricas de extracción de ocre utilizado como tinte natural. En su punto álgido, hacia 1929, esta actividad empleaba a un millar de trabajadores del Vaucluse e hasta se exportaban 40.000 toneladas de ocre. Pero esta actividad disminuyó gradualmente cuando los Estados Unidos comenzaron a producir ocre sintético. A partir de los años 50, las fábricas fueron cerrando una tras otra hasta el cierre definitivo en la segunda mitad del siglo XX.
Hoy en día el lugar ha sido devuelto a la naturaleza y explotado como sitio turístico por sus curiosidades geológicas y paisajísticas. Todavía quedan vestigios de esta actividad minera, en particular los raíles por los que las vagonetas transportaban la tierra desprovista de ocre.
El descubrimiento del Colorado provenzal es posible gracias a los senderos trazados entre los castaños y los pinos marítimos, las colinas, los acantilados, las chimeneas y los mamelones en una amplia paleta de colores que va del blanco inmaculado al amarillo mostaza, del rojo vivo al marrón pasando por el naranja. Hasta 25 tonos diferentes de color contrastan con el cielo azul.
La vuelta del Colorado provenzal
Contar con un mínimo de 1 hora en el GR6/97 para un paseo corto, pero hay senderos marcados más largos que permiten dar toda la vuelta. Los que prefieran explorar más a fondo elegirán un sendero de 5,5 km para una caminata de 3 horas a través de la vegetación mediterránea, los circos y los panoramas del valle de la Doa. El acceso es gratuito, pero el aparcamiento des Mille Couleurs, gestionado por la asociación de propietarios de parcelas, es de pago (5 € por coche) y permite dejar el coche a la sombra e incluso hacer un picnic en las mesas instaladas en los alrededores. Y para los más curiosos, se recomienda una visita guiada.
¡Lleve un buen par de zapatos y no olvide una gran botella de agua!